Nuestro compromiso
Un momento histórico
Estamos viviendo un momento histórico. Las elecciones de 2019 brindaron a los ciudadanos la oportunidad de elegir la Europa en la que quieren vivir. Al acudir a las urnas más numerosos que nunca, los europeos votaron para darnos más voz y lograr una Europa más fuerte de cara al futuro.
Nuestro Grupo ya lo tiene decidido.
Para nosotros, siempre ha habido un solo camino a seguir. Para nosotros, Europa es nuestro futuro y vale la pena luchar por ella. La Unión Europea tiene la oportunidad de renovarse y poder resolver cuestiones esenciales, responder a las expectativas de nuestros ciudadanos y aportar un valor añadido tangible que les permita entender de qué manera repercute positivamente en sus vidas. Nuestro compromiso no ofrece dudas: creemos en el futuro de Europa y por ello queremos que sea diferente.
Nuestra Europa, una Europa
Para que la Unión Europea sea fuerte, no solo tiene que ser un proyecto de unificación europea tras la Guerra Fría, sino también un proyecto de paz después de la Segunda Guerra Mundial. La reunificación de Europa mediante un verdadero y profundo proceso de integración de todos los países europeos, de este a oeste y de norte a sur, debe seguir siendo un elemento fundamental de nuestra Europa del futuro.
Recuperar las promesas de Europa
Proponemos recuperar los valores europeos fundacionales, a saber, la paz, la libertad y la prosperidad, en unos tiempos en los que nuestro continente se enfrenta a la crisis climática, a conflictos en nuestras fronteras, al terrorismo, a retos económicos y al desempleo de larga duración. En toda Europa, los ciudadanos reclaman más medidas. Queremos reafirmar la identidad humanista de Europa, situando siempre a los ciudadanos en el centro de nuestras prioridades. El crecimiento económico, la sostenibilidad medioambiental, la competencia leal, los derechos de convergencia y la responsabilidad están intrínsecamente ligados. Una Europa unida es una herramienta más eficaz para encontrar soluciones y aportar una respuesta equilibrada a los flujos migratorios, invertir cada vez más en innovación y en capacidades, e impulsar la transición digital.
Un continente sostenible para las generaciones futuras
Debemos asumir nuestra responsabilidad frente a otros que dudan sobre el imperativo ecológico. Porque la reinvención de Europa solo tendrá sentido si las generaciones futuras pueden vivir en un entorno preservado y si se logra la transición hacia un uso sostenible y circular de nuestros recursos disponibles. Todos hicimos promesas en París en 2015 y ahora es el momento de ponerlas en práctica mediante instrumentos eficaces y un enfoque estrictamente neutro desde el punto de vista tecnológico. Esa será una de nuestras prioridades. Para nosotros, el imperativo ecológico va unido a la prosperidad económica. Estos dos ámbitos están interrelacionados.
Promover la democracia y la defensa del Estado de Derecho, los derechos humanos y los derechos fundamentales
Queremos una Unión en la que se respete plenamente la democracia y los derechos de todas las personas. Elecciones justas, derechos de la oposición y libertad de prensa y medios de comunicación, así como enseñanza gratuita en la universidad y en el ámbito de las ciencias. También debemos redoblar esfuerzos para salvaguardar los derechos de todos los ciudadanos y la igualdad de género, luchar contra la xenofobia, proteger a las minorías nacionales y culturales, y garantizar que la sociedad en la que vivimos siga siendo tolerante. Rechazamos con firmeza los movimientos nacionalistas o antiliberales que están repuntando en distintos lugares de Europa.
Queremos una Europa en la que se respete plenamente el Estado de Derecho: la legislación debe tener prioridad sobre los intereses del poder y del dinero, debe garantizarse la independencia del poder judicial y la separación de poderes, deben protegerse los derechos de las personas y los grupos vulnerables y debe lucharse contra la corrupción. Nos comprometemos a contrarrestar los esfuerzos de destrucción y división de los populistas y los nacionalistas extremistas en todo el continente, y a rechazar la cooperación con aquellos agentes y grupos políticos que no respeten los valores fundamentales de la Unión Europea y de la gobernanza democrática.
Una Europa más próspera
La Unión Europea ha sido un instrumento importante para fomentar la prosperidad en Europa. Pero debemos hacer más esfuerzos por lograr una mayor prosperidad para todos y cada uno, y sacar pleno provecho del mercado único. Dado que los avances económicos y sociales están interrelacionados, es fundamental invertir en una convergencia económica, social y fiscal real en todas las regiones de Europa y reforzar nuestra competitividad completando el mercado interior, especialmente en el sector digital, donde aún queda mucho por hacer, además de ampliar nuestro mercado exterior con una política comercial abierta que seguirá siendo un motor de prosperidad, siempre que la apertura vaya acompañada de reciprocidad y sostenibilidad.
Además, debemos proporcionar los recursos políticos y financieros necesarios para elaborar las normas educativas, sanitarias y sociales que permitan garantizar la dignidad de todos los ciudadanos europeos. Tenemos que aprovechar plenamente el potencial del mercado único en Europa y velar por que en nuestro continente se creen nuevas empresas y puestos de trabajo. Por lo tanto, debemos aumentar aún más las posibilidades de innovación e investigación en Europa, pero, sobre todo, debemos asegurarnos de que los descubrimientos y las innovaciones puedan dar paso a la creación de empresas y puestos de trabajo en Europa, en lugar de ser exportados a otros continentes. Esto solo funcionará si Europa garantiza unas condiciones equitativas y unas normas que conduzcan a una competencia leal en los ámbitos social, fiscal y medioambiental con nuestros principales competidores.
Reforzar Europa
Europa debe actuar en primer lugar en interés de los ciudadanos y siempre que los Estados europeos no puedan hacerlo efectivamente por su cuenta, en ámbitos como el cambio climático, la política económica y monetaria, la solidez de los presupuestos y la estabilidad de nuestra moneda común, la seguridad y la defensa, el comercio, la transición ecológica y agrícola, la inmigración y la integración, o la transición digital. El éxito de la integración europea es una fuente de inspiración para otros países de Europa. Europa debe actuar mejor en cada uno de estos ámbitos, ya que representa el nivel de acción más eficaz.
Los ciudadanos de Europa serán nuestros socios a la hora de reinventar el proyecto europeo y nos aseguraremos de que se escuche su voz en el proceso de elaboración de las políticas y prioridades europeas. Pueden contar con nosotros para construir y consolidar el poder europeo. Una Europa moderna, que utilice el poder común y el potencial regional de manera adecuada para construir una Europa mejor. Debe ser una realidad útil, un espacio de paz, progreso, democracia, prosperidad y protección.
18 de junio de 2019